lunes, 21 de mayo de 2012

Tirada larga por montañas murcianas

Este fin de semana he ido a mi tierra ya que era la romería de mi pueblo (Guazamara) y quería hacer una tirada larga por montaña como preparatorio de mi próxima carrera en Jaén que será la más larga que he hecho hasta el momento (35,5 km y 2200 m de desnivel positivos y otros tantos negativos), así que me puse en contacto con mi amigo Pedro para que buscara una buena ruta para correr. Tengo que agradecerle el gran esfuerzo realizado ya que además de tener todavía alguna secuela de su caida de la bici y de que últimamente no corre a pie casi nada, hizo la hazaña de hacer una ruta muy extensa para sus condiciones actuales pero a pesar de ello acabó como un campeón. He disfrutado enormemente de esta mañana de sábado corriendo donde más me gusta y es en plena naturaleza, pero no voy a describir la ruta yo, sino que voy a poner la crónica que me ha enviado Pedro en donde se puede apreciar que es mucho mejor escritor que yo ya que no tiene desperdicio, desde luego Pedro que deberías de hacerte un blog para que todos disfrutáramos de tus relatos.
Bueno paso a copiar la crónica de Pedro añadiéndole algunas fotos ya que han salido algunas muy buenas:
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"pero todo sea por pasar una matinal indeleble. De este modo concluía el último contacto vía e-mail con Jose, y vaya que sí, pues perdurable será el recuerdo que esta va a dejar en mis maltrechas piernas. Pero no adelantemos acontecimientos, y procedamos a lo que nos deparó esta heteróclita salida.
 De buena mañana, salimos en coche desde Terreros, en dirección a la rambla de Chuecos. Paramos en  la carretera vieja de Campico López, justo en su cruce con la carretera antigua (nacional) de Mazarrón, punto desde el que iniciamos, una vez que ultimamos las indumentarias y la provisión de vituallas.
 Los primeros tres kms serían por asfalto, no era un propósito inicial este, pero con ello conseguiríamos: por un lado meter algún metro de desnivel acumulado y por otro lado incrementar el total de kms. Iniciamos la marcha, y en apenas diez minutos dejamos atrás el alto del Campico los Lirias. La temperatura de inicio, ideal: 15ºC, sin apenas viento, y con poca incidencia adversa de Helios; a pedir de boca. Pronto cruzamos gran parte del campo de almendros que dominan las zonas más llanas de estas tierras, y repentinamente nos adentramos en la primera senda entre pino de la jornada, la senda de la cuesta azul, la cual haríamos en los sentidos; yo particularmente aún tengo dudas si sufrí más subiendo o bajando. Un deleite para nuestros sentidos, pues en nuestras retinas ha reinado durante mucho tiempo la imagen abrupta y árida, propia de un desierto. A Jose estas sendas lo transportan a su penúltima vivencia en la Sierra de Huetor.
Completados los nueve kilómetros y cubierto un tramo de pista, iniciamos la segunda senda: la del Buho, cuyo desnivel en este primer paso sería totalmente positivo, ni que decir tiene que ocurre si cambias de sentido. El tránsito está siendo jovial, amenizado por el cante de gorriones, jilgueros, perdices, cucos,… lo que facilita que casi sin darnos cuenta hayamos irrumpido en la zona más baja de la finca de Villarreal, zona de reserva biológica. 
Y he aquí una mala noticia: en plena rambla y los eucaliptos que surcan la directriz de la misma, están siendo azotados por la sequía de forma asoladora. De inmediato el fotograma cambia, nos hemos colado en mitad de un campo de golf, que a día de hoy, parece no haber cerrado aún las puertas, con la que está cayendo (pero no vamos a entrar en este asunto ahora). 
Doce kilómetros, y al fondo divisamos nuestro siguiente objetivo, la sierra Almenara, cerca de las Zerricheras, donde se encuentra una de las mayores colonias de tortugas moras, cifradas en más de mil; y Zona de Especial Protección para las Aves, pues estudios y seguimientos biológicos revelan que es este un lugar de zona de paso de aves migratorias. En breve, divisamos un ave de considerable tamaño: en mi opinión un águila, pero el cansancio y la perspectiva no me permite precisar cual es el tipo de la rapaz. Tercera senda entre carrascos y piñoneros, momento en que decidimos avituallarnos, antes de terminar el ascenso. Una vez concluido este recopilación de datos: dos horas menos cuarto, dieciséis kilómetros y cuatrocientos cuarenta metros de desnivel acumulado; quizás habría sido mejor no saberlo.
Ahora tenemos que comenzar a deshacer el camino, o lo que es lo mismo doblar lo obtenido. En mi caso, que para nada fue así en el de Jose, la euforia se transformó en la incertidumbre propia del poco bagaje kilométrico  de este año. Además el sol, se había deshecho de la calima matinal, y comenzaba a castigar. A correr mientras se pueda, y así fue porque en el kilómetro veintidós, mi tren de rodaje finiquitó: avanzaba más andando que corriendo; se dice que en salidas de montaña es fácil que algunos tramos haya que andar, pero como excusa tiene que haber una cuesta. 
Cuando deshacíamos la primera senda (ahora la última), escuchábamos voces de fondo de bikeros, pero cuando pudimos divisarlos habían transpuesto; más tarde en el penúltimo cruce, y después de haber errado en la decisión de atajar, nos encontramos con tres ciclistas lorquinos a juzgar por sus maillot´s  que andaban desorientados, y es que cuando llevas un tiempo dentro de un bosque todos los pinos te resultan iguales. Este hecho supuso que tuviera que guardar la compostura atlética de correr más de lo que mis piernas me permitían y acabé con toda mi reserva, ni las allozas ingeridas producían efecto. ¿Qué hacer? Pues terminar como pudiera. Jose, en plena exhibición, a estas alturas era capaz de correr como al inicio, acentuando la intensidad en la última bajada; permitiéndose además la destreza de divisar hasta tres “testudo graeca” de forma consecutiva, como colofón. 
  Y final feliz, satisfechos por varios motivos: la vuelta (la vuelta a hacer deporte después de casi tres semanas en el “dique seco”), la distancia (treinta y tres kilómetros), el lugar (es la primera vez que lo hacemos corriendo), y la compañía (no hay como hacer algo que te gusta, con alguien que le  satisfaga).
  Un placer, un gusto."
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   Pues sí Pedro, el placer también ha sido mio. La ruta me ha encantado ya que como bien dices, estamos demasiado acostumbrados al paisaje árido de sureste español y parece increible encontrarse estos parajes tan cerca de casa y este es uno de los motivos por los que cada día me gusta más este deporte ya que descubre uno sitios que de otra manera no los habríamos visto jamás y ese último colofón de avistar hasta tres tortugas moras (Testudo Graeca) en tan solo 150 m ha sido un deleite para la vista y una esperanza de que esta bella especie no parece estar tan mal de conservación ya que encontrar una hembra de este tamaño es toda una esperanza.
Los datos:
Distancia: 33 Km
Desnivel acumulado positivo: 760 m.
Desnivel acumulado negativo: 763 m.
Tiempo: 4h 14'

Recorrido:
Run.GPS Community Run.GPS Mobile Sports GPS Software

2 comentarios :

  1. Estupendo relato, transmitís que os gusta este tema de manera especial.

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  2. Alguna vez lo habreis escuchado de boca de Jose.¡Estoy seguro! "Correr" en plena naturaleza, te hace tener una sensación de libertad bastante integra.

    ¡También se puede conseguir con distancias más asequibles!

    Pedro Gª Carrasco.

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