sábado, 16 de marzo de 2013

Castala-Fuente Alta-Celín-Castala

   La ruta de hoy ha sido bastante dura por la distancia y el desnivel acumulado, pero es lo que buscaba ya que necesito acumular horas de entrenamiento para mi reto de los 101 de Ronda en mayo. Esta vez he ido solo ya que es difícil encontrar compañía en este deporte y más en rutas tan exigentes como esta, pero no me importa, así voy a mi ritmo, paro cuando quiero a echar fotos o contemplar el paisaje, y me sirve para meditar y entrenar la parte más importante de carreras como los 101, la parte psicológica. En lugar elegido ha sido Castala, perteneciente al término de Berja, donde hay infinidad de senderos en un entorno espectacular. Primero un poco de historia del lugar:
   Berja se ubica en una fértil hoya, una llanura rodeada de montañas, cuyas cumbres más altas se ubican en la Sierra de Gádor, imponente mole de roca caliza en la que discurre esta ruta. Al sur, Sierra Alhamilla, conocida localmente como "La Sierrecilla", la separa del mar. Y al oeste, lindando ya con la provincia de Granada, se eleva la Sierra de la Contraviesa. Entre todas ellas se abren paso los Ríos Chico y Grande, que se unen formando el Río Adra, el de caudal más continuo de la provincia de Almería.

   La Hoya de Berja está regada por generosas fuentes que manan al pie de la Sierra de Gádor, obsequiándonos con el agua que se infiltra desde sus cumbres. Partiendo de ellas, los árabes perfeccionaron el sistema romano de irrigación. Una intrincada e ingeniosa red de acequias, que pervive hasta nuestros días, distribuye por gravedad el agua a toda la llanura. Por aquel entonces, el cultivo de la morera, base de la afamada seda de la Alpujarra, predominaba en la rica Vega de Berja.

   Posteriormente, en el siglo XIX y hasta mediado el XX, la uva de mesa fue la protagonista, permitiendo a la economía local sobreponerse al declive de la minería. En la actualidad los invernaderos han cogido el testigo, ofreciendo unos productos hortícolas de primera calidad y respetuosos con el medio ambiente, que demuestran que los virgitanos no han perdido su arraigo a la tierra.

   El encinar, vegetación original de nuestras sierras, sirvió de combustible en las numerosas fundiciones de plomo decimonónicas. Sólo sobrevive en los lugares más inaccesibles, donde no llegó el hacha del leñador. Los pinares que nos dan sombra durante buena parte del recorrido, en su mayoría de pino carrasco, proceden de reforestaciones posteriores, de mediados del siglo XX. Entonces, la finca de Castala cumplió una importante función como vivero forestal, reconvertida después en área recreativa, y hoy reconocida como parque periurbano.
    La ruta comienza en el aparcamiento del parque periurbano de Castala, junto al cual está el comienzo de varios senderos de pequeño recorrido. Son las 9:15 y el termómetro del coche indica 10º, temperatura perfecta para correr, y además sin nada de viento. La altitud de salida es de unos 760 m. Me dirijo al lugar donde comienza todos los senderos, yo seguiré el PR-A 337, de Los lavaderos. Pocos metros después ya empieza la fiesta, la senda va inclinándose cada vez más hacia arriba y tengo que dejar de correr para subir andando debido al desnivel y a que me queda mucho camino por recorrer. Pronto alcanzo los 1000 m de altitud y a mis espaldas contemplo la Sierra de la Contraviesa, con la nieve en sus cumbres.
   En la siguiente foto se puede apreciar en primer plano el bosque de pino carrasco, en el centro Berja y al fondo a la izquierda Sierra Alhamilla y a la derecha La Sierra de la Contraviesa, y detrás de estas, el mar mediterráneo.
    Continúo a buen ritmo por el sendero, ya que el desnivel a disminuido, prácticamente todo el recorrido bajo el espeso bosque de pinos, que tapa el sol, aunque el día está nublado y amenazante de lluvia.
    Llego a una bifurcación de senderos donde dejo atrás la senda de los Lavaderos y continúo por la derecha por los senderos PR-A 145 y PR-A 337. Estamos en el km 2 y a 1069 m de altitud.
    A partir de este punto la ruta se hace más llevadera porque, aunque sigo subiendo, el desnivel es menor. Además hay algún tramo de bajada no muy pronunciada. Así llego al km 4,4 donde hay una bifurcación en el camino. El gps me indica que coja el de la izquierda y que luego volveré por el de la derecha después de haber recorrido 30 km. En este punto me cruzo con un senderista, pero primero con su perro, un hermoso labrador el cuál me acompaña durante unos cientos de metros para luego volver con su dueño.
   Estamos a 1039 m, con lo cual he bajado más que he subido desde el último cruce, aunque a mí no me lo ha parecido, será porque se va mas lento subiendo que bajando. A partir de aquí la cosa se pone otra vez seria, y la pendiente se vuelve a hacer más dura, con una subida continua de 2 km en los que se sube casi 200 m. Después una pequeña bajada para llegar al punto de 1032 m de altitud y ya una subida continua hasta llegar a la Fuente Alta.
 En la siguiente foto se puede apreciar el perro y detrás al senderista.




   Llego al paraje del Morrón Gordo, en el límite entre los términos municipales de Berja y Dalías, pero como no todo iba a ser perfecto, lamentablemente llego a una zona debastada por el fuego, donde el paisaje es desolador, todos los árboles aún en pie y negros como el carbón. Prácticamente no hay ni hierba, con lo cual el incendio no debe de hacer mucho tiempo que tuvo lugar. Menos mal que por lo menos la zona afectada no es muy extensa y pronto vuelvo a correr entre pinos verdes.
      Sigo mi camino y me desvío un poco de la ruta para llegar a la Fuente Vieja, la primera de varias fuentes de agua que hay en la ruta y que aún me asombra ver estas fuentes con ese agua fresca y cristalina en una provincia que es tan árida en su mayor parte.

Aquí se puede ver en primer plano la población de Celín y detrás Dalías.
Estamos a unos 1300 m de altitud y con vistas al mar mediterráneo y al mar de plástico de los invernaderos.
    A estas alturas me llevo una sorpresa al cruzarme con un rebaño bastante numeroso de cabra blanca celtibérica, que son preciosas. Tardo un rato en cruzar el rebaño sin ver al pastor, con el cual me cruzo más adelante después de que hayan pasado todas las cabras.
    Sigo subiendo poco a poco hasta que en el km 11,4 y a unos 1440 m el paisaje empieza a cambiar y desaparece el pino carrasco y ahora tenemos un bosque de hermosas encinas supervivientes de la tala masiva que sufrieron antaño. Aquí llego a una nueva bifurcación, y en esta ocasión, la ruta me lleva por el camino de la derecha, dirección Cortijo Clavero. Antes de irme saco una panorámica de las encinas y del Cortijo Robles.
    Poco después llego hasta la fuente de La Mosca, otro punto donde poder refescarme, aunque el día de por sí es fresco.
    Ahora comienza otra subida importante, partiendo desde la Fuente de la Mosca, km 12,4 y 1380 m hasta la Fuenta Alta, km 16 y 1734 m. Con lo cual he subido 354 m en 3,6 km.

 Fuente Alta
   Cuando me voy aproximando a la Fuente Alta, veo en las inmediaciones de la fuente a una corredora lo cual me sorprende después de tanto tiempo deambulando solo por la sierra. Cuando llego a la fuente miro para abajo y veo a la corredora con dos perros labradores y pienso que va bien acompañada, pero cuando me voy acercando a ella veo que se para y me dice que si los perros son míos. Esta parte de la ruta es la más rápida ya que todo es bajada y además se me hace aún más rápida ya que bajo acompañado de esta chicha que por lo que me cuenta es una corredora de montaña con mucha experiencia y que corrió la primera edición de los 101 de Ronda, no me ha venido mal sus consejos que tendré en cuenta. Lo curioso es que los perros siguen detrás de nosotros y no nos libramos de ellos hasta estar ya bien cerca de Celín, espero que encontraran a su dueño, ya que tenían pinta de estar bien cuidados.
   Llegamos a Celín y me despido de la chica para proseguir mi camino dirección a Castala. Estoy en el km 23,6 y en el punto más  bajo del recorrido, a 593 m. Con lo cual hemos bajado 1141 m en 7,3 km, los más rápidos de toda la ruta. A partir de aquí hay un tramo feo de pista pero que pronto dejo para proseguir por el PR-A 146 pero de nuevo toca subir, una subida continua hasta alcanzar los 1065 en el km 32. Esta parte de la ruta ha sido sin duda la más dura para mí, ya que el cansancio ha hecho mella y tengo que hacer casi todo este tramo andando debido al cansancio y al desnivel positivo.

   Por fin llego a al km 32 en donde comienza la bajada hasta el merendero de Castala. Aquí puedo correr aunque en los puntos de máxima pendiente tengo que controlar mucho la bajada debido a que mis músculos están fatigados y tengo principios de calambres. 
   A falta de menos de 1 km adelanto a una pareja de senderistas y su niña, y más adelante a su perro, el 4º perro que me encuentro, pero esta vez no es un labrador sino un galgo precioso.
   Y por fin llego al coche, justo cuando empieza a llover más seriamente, y es que durante la segunda parte de la ruta me caían gotas de vez en cuanto, amenazando lluvia.

   DATOS TÉCNICOS:

   Distancia: 35 Km.
   Desnivel acumulado: 4000 m.
   Tiempo: 5:14

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