jueves, 20 de marzo de 2014

TNF Alhárabe Trail Race (Crónica y vídeo)

   Este sábado 15 de marzo he disputado mi tercera ultra trail. En esta ocasión ha sido de 70 km en la cercana región de Murcia, concretamente en la localidad de Moratalla, un lugar magnífico para disfrutar de la naturaleza haciendo lo que más nos gustar, correr por sus senderos y caminos.
   Como la carrera comenzaba a las 7:00 am, nos alquilamos un cortijo en las afueras del pueblo, en plena naturaleza (Cortijo El Toliano) para pasar las noches del viernes y sábado. Un cortijo espectacular, hemos estado 7 parejas y 7 niños, y todos lo hemos pasado en grande, tanto en la carrera como en el cortijo, desde aquí dar las gracias a todas las chicas por lo bien que se han portado y la paciencia que han tenido con nosotros, ha sido un gran fin de semana que seguro repetiremos muchas veces.
   A las 6:00 ya estamos en pie los 6 que corremos, Esteban, Elías, Rafa, Iván, Luis y yo. Desayunamos y todos a la salida. Aquí ya la cosa empieza mal porque la salida se retrasa bastante, de las 7:00 a las 7:22, mucho retraso para tan pocos corredores de al ultra, 181. La temperatura de salida es baja para lo que un almeriense como yo está acostumbrado, 5 grados, así que voy equipado con camiseta compresiva, manguitos, cortavientos, buff, guantes, gorra, mallas piratas y pantorrilleras. La mayoría decide quitarse el cortavientos antes de la salida ya que se pronostica buen tiempo, menos Iván y yo que somos los más frioleros, aunque nos durará poco ya que en el primer kilómetro ya nos estorba y nos paramos a quitárnoslo.

Este primer kilómetro es recorriendo las calles de Moratalla hasta que cogemos un sendero y
la cosa empieza a empinarse. Pocos cientos metros después se nos escapan los dos más fuertes del grupo, Esteban y Luis. Iván creo que podría seguirlos si estuviera en buenas condiciones, pero debido a sus molestias de tobillos no sabe siquiera si podrá terminar la carrera, así que va a  nuestro ritmo. En un descuido se van también Elías e Iván, así que nos quedamos los útlimos del grupo Rafa y yo. Yo pienso en acompañar a Rafa pero me dura poco, ya que en una ascensión larga que vamos andando, Rafa se va quedando atrás y me dice que no le espere, así que decido seguir a mi ritmo, temiéndome que con ello haga toda la carrera solo ya que no creo que vuelva a ver a ninguno de los que van por delante. Voy ascendiendo a buen ritmo, ya que estoy fresco y con ganas de correr, cuando me sorprende ver a lo lejos a Iván y Elías, así que aprieto un poco más para darles alcance. Revisando los vídeos ahora me doy cuenta de que iba fuerte de más, adelantando corredores, y de no haberme tropezado con estos dos, los mismo habría seguido así mucho tiempo, lo cuál seguro me habría pasado factura más adelante, y es que quedan muchos kilómetros y desnivel por recorrer, ya que vamos por el km 6,5.
   A partir de aquí continuamos los 3 juntos y abordamos la primera subida al pico Los Frailes, el cual tendremos que volver a subir en el km 60, toda una putada volver a subir al mismo sitio cuando uno va ya machacado. Esta primera subida la hacemos muy acompañados ya que al ser al principio de la carrera, todavía no se ha estirado el pelotón de corredores y vamos subiendo en fila india entre bromas de unos y otros y hasta hablo a voces (seguro que más de uno se lo cree, jaja) con uno que va varios puestos por encima mía, que corrió el año pasado la que será mi próxima ultra, la Transvulcania. Seguimos sin prisa pero sin pausa esta primera subida dura de 325 m en tan solo 1,3 km. Al coronar esta cima nos lanzamos para abajo, primero con una bajada muy pronunciada y técnica y después menos pronunciada y que discurre por un sendero en medio de un espeso bosque el cual es un placer para los sentidos. Aquí es donde empezamos a lanzarnos Iván y yo, así que Elías tiene que coger los mandos del grupo y controlarnos ya que si nos pasamos de ritmo ahora, se puede pagar más tarde en una ultra de estas características. También nos controlaba la alimentación e hidratación, recordándonos cuando tomar sales, comer algo y hasta beber, menudo máquina!. Así van pasando kilómetros y más kilómetros, disfrutando del espectacular paisaje y es que la masa forestal que hay por estas tierras murcianas es inmensa, me sorprendió muy gratamente y eso que ya había estado antes, pero no corría por el monte.
   Todo va  bien, disfrutando al máximo hasta que cerca del km 30 Elías y yo notamos que Iván va muy callado, además me extraña que cuando yo me pongo a caminar, Iván también lo hace seguidamente, cosa rara en el que tiene mucha fuerza y resistencia. Al preguntarle confirmo mis temores, le están molestando los tobillos, una lesión que arrastra hace tiempo. Bajamos el ritmo y continuamos haciendo kilómetros. Los dolores de tobillos parece que le afectan más en las bajadas que en las subidas, así que le vamos controlando que no corra demasiado fuerte en bajada. Llegamos al avituallamiento 5 en el Collado Quintero, donde nos avisan de que un simpático pastor se ha dedicado a quitar las balizas que señalan el recorrido que debemos seguir. Es increíble como la gente se cree que todo el monte es suyo y no quieren que nadie más lo disfrute. Un voluntario coloca una baliza en un cruce y a partir de ahí debemos seguir la pista hasta que veamos la siguiente baliza. Nos mosqueamos porque recorremos bastante distancia sin ver ninguna baliza, y para colmo a Elías el gps le indica que vamos fuera de ruta, pero decidimos seguir adelante y al final logramos ver a más corredores y a las deseadas balizas.  
   Seguimos avanzando y llegamos a la ascensión al punto más alto de la prueba, La Muela, donde hay un hombre de protección civil muy atento. Iván y Elías se entretienen con el y yo mientras me dirijo al vértice geodésico para sacar unas panorámicas e inmortalizarme en lo más alto.
   En este punto al aire es algo fuerte y bastante fresco así que no pierdo más el tiempo y me dirijo donde están mis compañeros, relleno un poco de agua y nos lanzamos para abajo. Yo voy un poco retrasado debido a mi faceta de reportero y tengo que acelerar para pillarlos, y en ello estaba cuando un voluntario captó la siguiente instantánea.

   Ahora nos espera una larga bajada de 800 m de desnivel negativo en 9,5 km. Al principio prácticamente campo a través por piedra caliza, para más tarde coger una interminable pista que nos dejará en el avituallamiento que hay junto al río Alhárabe. Pasamos la mítica distancia de maratón, 42 km y llevaremos unos 2200 m de desnivel positivo y como siempre, me quedo con la referencia de tiempo, algo menos de 6 horas, no está nada mal, pero nos queda la parte más dura y es que ahora es cuando comienza un ultra de verdad. Llegamos al avituallamiento del río, reponemos líquido y seguimos, por una senda que bordea el cauce, con vegetación de ribera muy frondosa y el sonido del agua acompañándonos, toda una delicia, solo faltaba que fueramos con más fuerzas ya que tenemos que sortear muchas rocas de gran tamaño y nuestras piernas ya no están para muchos saltos. Tanto nos gusta esta parte que en varias ocasiones nos paramos a echarnos fotos y vídeos con las cristalinas aguas al fondo.

    El sendero termina y nos adentramos en una zona de camping y bungalows de madera. Aquí la organización nos hace bajar hasta el final del camping para luego subir por un sedero río arriba otra vez, cruzar el río por unas piedras y volver a bajarlo por el otro lado. Esto no tiene mucho sentido y supongo que lo hicieron para meter más km, aunque tengo fundadas sospechas de que hubo gente que conocía la zona y se saltó este rodeo. Llegamos al quinto avituallamiento, La Celada, en el km 50. Justo antes de llegar a Iván le da un fuerte calambre y tiene que sentarse en el suelo un rato, mientras nosotros nos vamos a tomar algo. Llevamos ya 7 horas y el hambre aprieta, pero los avituallamientos son muy deficientes, solo hay sandwich de nocilla más secos que la mojama, plátano, naranja y unas barritas de muesli y chocolate, en todos los mismo, bueno en los que hay, porque otros son solo líquidos. Aprovecho aquí para dar el tirón de orejas a la organización en este aspecto, no se puede organizar un ultra de estas características, con más de la mitad de corredores que superan las 10 horas, y ser tan tacaños en los avituallamientos, ha sido la primera vez que he pasado hambre en una carrera, y menos mal que yo llevaba dátiles, barritas y un par de geles, que si no lo habría pasado realmente mal.
   Dejamos el avituallamiento y justo después nos topamos con una culebra bastarda (Malpolon monspessulanus) y mientras la pobre está tomando el sol me acerco e incluso la cojo del rabo, eso sí, sin lastimarla.
   Siguen pasando kilómetros e Iván parece que va mejor, pero poco a poco empiezo yo a notarme sin energía, cada vez me veo con menos fuerzas. Es lógico después de tantas horas y km, así que me lo tomo con filosofía. Me fastidia por los compañeros que parece que podrían ir un poco más rápido, pero es que cuando íbamos junto al río decidimos que si ya habíamos llegado tan lejos juntos, teníamos que cruzar la meta a la vez. A partir de aquí cuando no es uno es otro, pero los tres tenemos calambres, lo curioso es que ellos los tienen bajando y yo subiendo, pero el que más va sufriendo es Iván, que los tiene muy fuertes y contínuos. Yo pienso que ya no podré correr más hasta meta, ya que nos espera una fuerte subida y luego una no menos fuerte bajada de 7 km. En estas condiciones comenzamos la larga ascensión en la que en 6,5 km subimos 735 m positivos, que como llevamos ya las piernas, nos castigan bastante. Lo peor sin duda, repetir la subida del principio, al pico Los Frailes, que aunque se hace desde otro sendero, castiga psicológicamente pensar que subes al mismo sitio que al comienzo de la carrera, por no decir que el fuerte desnivel final te machaca del todo, de echo yo sufrí un fuerte calambre en el Biceps femoral, la primera vez que me ocurre en este músculo. Logro recuperarme y subo con ritmo tranquilo y mucho cuidado para que no me repita. Al llegar a la cumbre aumento poco a poco el ritmo para alcanzar a mis colegas, y me voy sorprendiendo de ver que me van surgiendo cada vez más fuerzas y que se me han ido del todo los calambres, así que puedo correr a más velocidad, tal ha sido mi recuperación que podría correr aún más rápido y no lo hago porque se que Iván no puede ya que ahora le repiten los calambres más a menudo al ir en descenso. Así vamos bajando a buen ritmo, con algunas paradas a esperar al pobre Iván, hasta que en una ocasión el calambre debió ser muy fuerte y lo perdemos de vista. Elías me dice que sigamos bajando y cuando lleguemos cerca de meta lo esperamos, así que eso hacemos, aunque voy preocupado pensando en que lo podemos dejar demasiado atrás y si le pasa algo y tarda en aparecer no sé que haríamos. Seguimos el descenso hasta que llegamos al asfalto, y cuando ya divisamos la piscina municipal, nos paramos a esperar a Iván. Al poco llega el valiente perseguido por tres corredores vestidos iguales, lo adelantan y nos adelantan a nosotros, pero ya no importa, al fin vamos a cruzar meta juntos, nos cogemos de la mano y entramos como si fuéramos los ganadores de la prueba, yo hasta me emociono un poco y creo que se puede apreciar algo en la foto de meta que nos echó Salva, muchas gracias por las fotos.
La larga espera de nuestras familias, gracias por ser como sois y aguantarnos.
    Una hora después llega nuestro gran amigo Rafa Bodi. Tiene más mérito que ninguno ya que fue el único que la hizo sola.

   Luis y Esteban llegaron algo más de una hora antes que nosotros, unos monstruos.
 

   Terminada la carrera, agradecer a todos los voluntarios sus ánimos y ayuda ya que sin ellos esto no sería posible. Recalcar el fallo de los avituallamientos, y ya sobretodo el último, que solo había agua y refesco de cola, solos encima de una mesa de piedra, a pleno sol sin nadie que los sirviera, y cualquiera se bebía la cola ardiendo. En cuanto al recorrido, decir que espectacular, me ha encantado y he disfrutado mucho, los kilómetros y horas se llevan mucho mejor con tan preciosas vistas. Por ponerle un pero, pondría menos pistas y más senderos, pero al ir las pistas por medio de bosques casi todo el recorrido, no se me hicieron pesadas, exceptuando la larga bajada desde La Muela.

  
   VÍDEO:


   DATOS TÉCNICOS:

   Distancia: 68 km.
   Desnivel acumulado total: 6100 m. (7280 m según la organización).
   Tiempo: 10h 5 min.
   Puesto: 75 de 181 inscritos.
   Track:http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=6384386
   Clasificación: 
 https://www.dropbox.com/s/p5yznh507k8owiq/1_CLASIFICACION_GENERAL_ULTRA_70KM.pdf 
    
   PERFIL:




3 comentarios :

  1. Un placer compartir km's contigo.

    Enhorabuena por la crónica.

    Elías

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  2. Enhorabuena paisano, lo que te mola sufrir en estas locuras de carreras.

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  3. Enhorabuena paisano, ojo lo que te gusta ponerte a prueba en esta locura de carreras,jejeje menos mal que te lo tomas con tranquilidad y nos haces disfrutar de esta delicia de cronicas.

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