Este domingo ha sido un poco especial para mí en lo referente a este deporte y es que después de tantas carreras que he hecho ya, ha sido la primera vez que corro con dorsal en el pueblo que me vio crecer (Guzamara) y es que en la media maratón del bajo Almanzora en sus ediciones anteriores tenía su salida en el hostal Overa y este año a causa de las intensas lluvias de octubre, los caminos están en muy mal estado y la organización decidió cambiar el recorrido teniendo su salida en Guazamara y terminando como siempre en Cuevas. No he corrido las ediciones anteriores así que no puedo comparar pero me ha hecho ilusión salir desde mi pueblo. Además ha sido por una buena causa y es que todo lo recaudado va dirigido a la lucha contra el cáncer.
Debido a su carácter benéfico, la carrera no es competitiva, no hay podios ni premios a los participantes aunque a los corredores populares no nos hacen falta y que por lo menos en mi caso, no corro para ganar a nadie más que a mí e ir superando mis retos y marcas.
La carrera comenzaba a las 10:30 con bastante frío mitigado por el maravilloso sol del sur así que estaba con las dudas de si ir más ligero de ropa pero como soy muy friolero decidí salir a correr de largo, de lo cual me arrepentiría durante la carrera ya que el sol apretó. Tras saludar a los amigos y hacer el pago y registro, toca calentar poco, porque ya es la hora y me sorprende mucho ver tan poca gente en la salida y menos mal que había un buen grupo de bikeros en sus mtb, entre ellos no podían faltar los guazabike. porque si no parecería más una quedada entre amigos que una carrera organizada. Una pena ya que es una carrera benéfica y además barata, luego hay otras hechas por empresas solo para recaudar dinero y son mucho más numerosas, a ver si para otro año le damos más difusión y se animan más corredores.
La carrera empieza y yo estoy en duda de si hacerla tranquilamente acompañando a Pedro que está en baja forma por su reciente paternidad, o medir mis fuerzas en llano que ya hace casi un año que no corro en carreras sin mucho desnivel. Empiezo tranqui pero la cosa me dura poco y es que a los 700 m llegamos a una bajada prununciada que conozco bien ya que la habré bajado cientos de veces y me lanzo. Al llegar al final de la cuesta miro para atrás y no veo ni a Pedro ni a los demás compañeros y en ese mismo momento decido seguir a buen ritmo ya que se que Pedro va a ir bien acompañado por Juan Antonio Cano que se ofreció a acompañarlo durante toda la carrera. Sigo apretando y adelantando a corredores pero al poco tiempo empiezo a notar bastante dolor en los tibiales que me fastidia bastante y parece que va a peor, pero yo sigo, aunque teniendo que disminuir un poco el ritmo. Parece que la carrera de 30 km por montaña de Laujar del domingo pasado me está pasando factura.
Me he dejado a los corredores que adelanté atrás y los que tengo por delante están bastante lejos cuando en una pendiente positiva adelanto a un grupo de ciclistas que van con dos niñas pequeñas que por sus caras están disfrutando de un día de deporte. El padre le dice a una de las niñas que se aparte para dejarme pasar y la niña dice que no y empieza a pedalear con más fuerza, qué gracia me hizo y me gustó mucho ver a una niña tan pequeña y con ese espíritu tan competitivo.
Continuamos por un camino que conozco muy bien ya que es el que tengo que tomar cada vez que voy a la tierra donde tengo los olivos y cuando creo que voy a pasar corriendo junto a mis olivos, donde estará mi padre en su faena diaria, llegamos a un desvío que nos separa del camino principal para hacer un bucle el cual habrá metido la organización para poder completar los 21 km. Al poco de girar a la derecha nos encontramos con el primer avituallamiento, km 5, en donde me lo tomo con calma, relleno mi bidón y me bebo el resto de agua y ya me adelantan algunos corredores. Sigo con dolor e intentando mantener el ritmo pero nos espera el peor tramo del recorrido, con varios sube y bajas y charcos incluidos, aunque para nada duros acostumbrado como estoy a las carreras de montaña, pero a ese ritmo fastidian. Voy por el km 8 y noto que un corredor se acerca por detrás pero en estas condiciones no estoy para picarme y sigo a mi ritmo, llegamos al principio de una de las subidas más largas y al llegar arriba el que iba detrás se pone a mi altura y compruebo que es el amigo Simón. Continuamos juntos hasta el segundo avituallamiento. Estamos en el km 10 y después de repostar continuamos por una bajada no muy prununciada y un nuevo charco que tenemos que esquivar corriendo entre olivos. Es aquí en donde Simón se empieza a escapar y decido dejarlo para no agrabar el dolor de mis piernas. Sigo corriendo por caminos que ya conozco menos en los que no consigo adelantar a nadie pero por lo menos tampoco me adelanta a mí nadie más y parece que el dolor empieza a desaparecer. Llegamos al cauce del río Almanzora. El recorrido nos lleva a ascender por el río, primero por su lado derecho y más adelante lo cruzamos y seguimos por el izquierdo y a partir de aquí todo es asfalto y una subida no muy pronunciada pero constante. Veo a lo lejos a un corredor que me parece que es Simón así que entre que el dolor se ha mitigado, que la meta no debe estar demasiado lejos y que me entra el espíritu competitivo de alcanzarlo, empiezo a aumentar mi ritmo alcanzando los 4,3min/km de media en esos últimos 4 km. Al llegar a la altura de corredor compruebo que no es Simón, pero ya que queda poco sigo a ese ritmo. Llegamos a un desvió en el que nos alejamos del río y nos adentramos dentro del pueblo de Cuevas del Almanzora y cuando estamos subiendo por una cuestecilla que nos dirige a la iglesia, se pone a mi altura Jose, el cual solo conozco de habérmelo presentado hace casi un año en la media de Almería. Subimos juntos hablando y comentando lo típico de que esto está ya acabado, cuando al girar y empezar a bajar, a Jose le sorprende que todavía no se vea la meta y no se si es que en otros años estaba allí, la cuestión es que me da la impresión de que tiene aún más ganas que yo de terminar, seguimos bajando cuando a lo lejos veo la meta, junto al parque del recreo y no puede estar en mejores condiciones, al final de una cuesta hacia abajo y recta, así que empiezo a incrementar mi ritmo para entrar en meta como a mí me gusta, a tope de velocidad y pulsaciones. Alcanzo tal velocidad que luego temo llevarme a alguien por delante ya que la meta está llena de gente y solo dejan un pequeño hueco. Allí están todos los guazabikes animándome, cosa que se agradece ya que no está uno acostumbrado a que lo animen de esa manera y diciendo mi nombre.
No sé si será fallo del gps pero batí un record de velocidad y es que me pone como velocidad máxima 27,9 km/h, o lo que es lo mismo, un ritmo de 2:09 min/km, qué pasada! Total, el gps me marcó 20,42 km, aunque sabiendo que normalmente me marca de menos, es muy posible que si hayan sido 21 km. El tiempo empleado ha sido de 1h 37min, con lo cual si no me fallan las cuentas me sale un ritmo medio de 4:37. Muy contento porque no esperaba hacer ese tiempo en una media que no es de asfalto y con algo de desnivel acumulado (400m), teniendo en cuenta que mi mejor marca la tengo en 1h30min en la media de Almería del año pasado, que estaba más entrenado en este tipo de carreras, ya que últimamente solo corro y entreno montaña que son formas muy diferentes de correr. Esto me ha animado y lo mismo intento mejorar mi marca de media maratón y la próxima edición de la media de Almería, a finales de enero, pero me da mucha pereza entrenar por asfalto. Después de esta semana de recuperación lo decidiré.
No sé si será fallo del gps pero batí un record de velocidad y es que me pone como velocidad máxima 27,9 km/h, o lo que es lo mismo, un ritmo de 2:09 min/km, qué pasada! Total, el gps me marcó 20,42 km, aunque sabiendo que normalmente me marca de menos, es muy posible que si hayan sido 21 km. El tiempo empleado ha sido de 1h 37min, con lo cual si no me fallan las cuentas me sale un ritmo medio de 4:37. Muy contento porque no esperaba hacer ese tiempo en una media que no es de asfalto y con algo de desnivel acumulado (400m), teniendo en cuenta que mi mejor marca la tengo en 1h30min en la media de Almería del año pasado, que estaba más entrenado en este tipo de carreras, ya que últimamente solo corro y entreno montaña que son formas muy diferentes de correr. Esto me ha animado y lo mismo intento mejorar mi marca de media maratón y la próxima edición de la media de Almería, a finales de enero, pero me da mucha pereza entrenar por asfalto. Después de esta semana de recuperación lo decidiré.
Resumiendo. decir que la organización estubo correcta, con avituallamientos cada 5 km, aunque solo con agua, y con un avituallamiento en meta con bebidas, frutos secos, bocatas, fruta, camiseta conmemorativa y hasta un barril de cerveza del que dimos cuenta después del esfuerzo realizado. Desde aquí hago un llamamiento a la participación en próximas ediciones, ya que además de ser una carrera barata para lo que estamos acostumbrados (10 €), encima es para una buena causa.
Después de la carrera nos dirigimos al encuentro de los guazabikes en el Bar el Puente para tomar un buen refrigerio, charlar un poco de las aventuras realizadas y las que tenemos por realizar y cada uno a su casa con dolor de piernas, pero con gran satisfacción. Hasta la próxima.
Después de la carrera nos dirigimos al encuentro de los guazabikes en el Bar el Puente para tomar un buen refrigerio, charlar un poco de las aventuras realizadas y las que tenemos por realizar y cada uno a su casa con dolor de piernas, pero con gran satisfacción. Hasta la próxima.
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